Todos los tejidos animales contienen elementos minerales. En la actualidad de los 60 minerales conocidos en los suelos, 30 son esenciales para los animales en base a las necesidades de mantenimiento y producción (crecimiento, sanidad y reproducción). Los minerales son ingeridos vía alimento y agua, no siendo del todo disponibles. Durante la digestión, la forma en que se dispone del mineral a nivel interno, determina su utilización y absorción a nivel sanguíneo.

La cantidad absorbida a nivel digestivo también dependerá de la edad del cerdo, momento de producción, consumo en base a requerimiento, forma química, sinergismos y antagonismos, en la dieta y factores ambientales. Los minerales pueden interaccionar con uno o varios elementos, lo que va a influir en sus propios requerimientos y con los otros minerales.

 

La anemia por deficiencia de hierro (Fe) es frecuente en animales jóvenes en crecimiento rápido que solo toma leche de su madre, debido a que el contenido del micromineral en ella es bajo. Aunque es rara la deficiencia de hierro en los animales de más edad, se requiere una suplementación mayor al administrar altos niveles de cobre como estimulante del crecimiento3.

 

La deficiencia de cobre (Cu) ocasiona anemia, retraso del crecimiento, alteraciones óseas, infertilidad, despigmentación del pelo, trastornos gastrointestinales y lesiones en el tronco encefálico y médula espinal. En los animales adultos, es poco probable que se presente deficiencia de Cu, por lo que la suplementación de la ración suele considerarse innecesaria.

 

La deficiencia de cinc (Zn) en los cerdos, se caracteriza por retraso en el crecimiento, disminución del apetito, malos índices de transformación del pienso y parenquimatosis, ésta última suele presentarse en animales jóvenes en explotaciones intensivas alimentados ad libitum con raciones secas; y se agrava por los altos niveles de calcio en la ración, que se mejora al bajar los niveles de calcio y aumentar el nivel de fósforo. Los cerdos que son alimentados con altos niveles de cobre tienen mayores necesidades de cinc.

 

En el presente artículo, se evalúo los niveles de los microminerales esenciales hierro, cobre y cinc, en cerdas de un establecimiento con producción intensiva de Santa Fe – Argentina en invierno y verano.

 

Material y métodos

 

El estudio se realizó en un total de 48 animales de las categorías cachorras (n = 12) y cerdas gestantes (n =12), seleccionados al azar durante las estaciones de invierno y el verano del 2013-2014, con 24 porcinos en cada estación.

 

Para la determinación serológica de los minerales hierro (Fe), cobre (Cu) y cinc (Zn), se extrajo 5 mL de sangre sin anticoagulante del seno ocular con agujas 50 x 1,2mm tanto en las cachorras y cerdas. El suero fue separado por centrifugación a 6000 G; transportado en nevera portátil con hielo seco y se conservó a –20 ºC hasta la realización de los análisis en un freezer del laboratorio de Química de la Facultad de Ciencias Veterinarias de la Universidad Nacional del Litoral.

 

El método empleado para la determinación en muestras de suero de Fe, Cu y Zn, fue la Espectrometría de absorción atómica (AA). Para el análisis de los resultados, se aplicó el método estadístico ANOVA.

 

Resultados

 

Los valores promedio y los desvíos estándar de las concentraciones de los microminerales, en invierno y verano respectivamente, de un establecimiento de la provincia de Santa Fe- República Argentina, para las dos categorías bajo estudio fueron:

 

Lechonas

 

Fe (μg/dL) 125,58 ±35,94; 132,21 ±59,28

Cu (mg/L) 0,837 ±0,0503; 0,812 ±0,063

Zn (mg/L) 0,716 ±0,0451; 0,799 ±0,0465

 

 

Cerdas Gestantes

 

Fe (μg/dL) 150,58 ±62,71; 117,5 ±27,37

Cu (mg/L) 1,36 ±0,288; 0,713 ±0,034

Zn (mg/L) 0,729 ±0,0375; 0,709 ±0,0731

 

 

Discusión

 

En general, los valores promedios de los microminerales estuvieron dentro del rango de referencia aportado por la literatura. Dichos valores presentaban diferencia significativa (p< 0,05) en el Fe para las dos estaciones dentro de la misma categoría, y en el Cu de cerdas gestantes en invierno y verano. Esto se puede atribuir a las variaciones en la composición de la ración, a la estación, al estrés y a la salud de los animales.

 

 

Los valores promedios de cinc en cachorras y cerdas gestantes se encuentran próximos al límite inferior del rango de referencia; debido a lo anterior, se sugiere realizar un seguimiento de los animales y de las raciones consumidas a través del dosaje del micromineral en ambos tipos de muestras con el fin de poder evitar la deficiencia de Zn, y también realizar las determinaciones de calcio y cobre los cuales podrían provocar interferencia con el cinc.