La actividad Ganadera centra su propósito principal en obtener utilidades, sustentada en una operación eficiente, logrando el mayor beneficio, con el mínimo costo posible alcanzando mayor “RENTABILIDAD”, pero en perfecta armonía y equilibrio con la “PRODUCTIVIDAD” y la “ECONOMICIDAD”.
Estos conceptos son simples, generalmente generan confusión, de manera que es prudente aclararlos:
1. Rentabilidad: es la relación existente entre el Beneficio Obtenido (Ingresos anuales – Costos totales) y el capital invertido para lograrlo y es un indicador financiero
2. Productividad: Es la relación entre el producto(s) obtenido por unidad de Producción, generalmente se mide por vaca o por Unidad de superficie empleada (Ha): es un indicador económico
3. Economicidad: Es un término que trata de definir la relación existente entre los ingresos obtenidos por la venta de producto y los costos fijos y variables (insumos, mano de obra, depreciación, gastos administrativos, etc.) que se requieren para obtenerlo.
Durante muchos años los profesionales del sector agropecuario, hemos venido insistiendo en mejorar la productividad por vaca y por unidad de superficie (Ha), pero esa acción, siempre está ligada a un incremento sustancial de la inversión y de los costos de producción (más Km de cerca, más costos de mantenimiento, más personal, más maquinaria, etc.) y no siempre la inversión es cónsona con el incremento de la productividad, ya que el trópico tiene una serie de limitaciones ambientales para el uso de animales especializados (temperatura, calidad de las pasturas, humedad relativa, obtención de materia prima de calidad, parasitosis, etc.), lo cual conlleva a medir cuidadosamente cuan especializada ó rustica será la vaca que requerimos para nuestro medio, cual será nuestro plan de cruzamiento, porque estos conceptos generalmente hacen la diferencia entre ser Productivo (a un costo no rentable) y ser altamente Rentable con una productividad media.
Es muy frecuente que el uso de animales especializados en forma discriminada, de baja adaptación al medio, genere un incremento sustancial en los gastos de mantenimiento para mantener los niveles de producción y productividad requeridos (costos de alimentos, medicina, tratamientos, personal para cuidados adicionales, inversión en instalaciones de manejo etc.) y los ingresos altos se vean superados por los costos, generando un desbalance económico bajando los beneficios y la rentabilidad.
Por otro lado, el uso de animales de baja producción altamente adaptado puede generar unos costos bajos en mantenimiento y sanidad, lo cual podría significar altos beneficios, pero no siempre el nivel de ingresos es suficiente para justificar las inversiones realizadas y disponer de una rentabilidad atractiva por mantener la productividad baja
De manera que lo ideal sería un nivel aceptable de gastos con una vaca bien adaptada con niveles de producción adecuados, que permita unos beneficios que admitan una alta rentabilidad, eso es relativamente fácil manifestarlo y probablemente planificarlo en una sección de trabajo con una calculadora y un papel, (Vacas de 10 lts de leche a pastoreo, que se preñe todos los años y que sea capaz de destetar un becerro de 45% de su peso vivo; en una finca con una carga animal de 2,5 a 3 UA, /ha, manejado solo por dos empleados y con poca intensidad en el uso de maquinaria). Pero la realidad es otra, por la multiplicidad de variables que intervienen en lograr que las unidades de producción (las vacas) sean eficientes.
LAS MÁXIMAS PRODUCCIONES ALCANZABLES DESDE EL PUNTO DE VISTA BIOLÓGICO, NO SIEMPRE PUEDE CORRESPONDER AL OPTIMO ECONÓMICO NI AL OPTIMO ECOLÓGICO
El termino Eficiencia Funcional surge como la expresión del mejor desempeño de la unidad productiva, “más producto, menos costo y menor inversión”, que puede ser medida y monitoreada por algunos indicadores como la velocidad de crecimiento a pastoreo en los animales; que está estrechamente relacionada con la capacidad de conversión de alimentos y se puede medir calculando la ganancia diaria entre periodos (peso al destete, peso al año, peso a los 18 meses y peso a los 24 meses), o la producción de leche por día y por lactancia; estas son, las comúnmente usadas; pero existen otros que son de vital importancia para identificar las vacas eficientes:
Edad al 1er. Parto (E1P): Considerando que los Bovinos con el óptimo desarrollo y nutrición podrían ser púberes a los 14 meses, pero en el trópico bajo condiciones de pastoreo, solo lo logran a partir de los 18 meses, esperando en consecuencia, que este parto ocurra entre los 27 meses y los 30 meses.
Días Abiertos (DA): Número de días transcurridos entre el parto y la nueva preñez. Fisiológicamente una vaca en óptimas condiciones sanitarias y de nutrición, podría tener un nueva preñez entre los 45 a 60 días postparto, sin embargo, es comúnmente aceptado hasta 100 días abiertos para que la vaca logre la eficiencia esperada (1 parto / año)
Intervalo entre partos (IEP): que corresponde a los días transcurridos entre parto y parto que no debe exceder de 400 días para lograr la eficiencia deseada (1 parto / año)
Eficiencia Reproductiva Individual (ERI): es un indicador que relaciona el número de partos que tiene una vaca y el número de partos que debe tener en función de su edad, IEP de 400 días y E1P de 30 meses, el cual, se expresa en Porcentaje.
Índice de Destete (ID): Indicador que relaciona el peso del becerro al destete (producción de la vaca), ajustado a los 205 días y el peso ideal que debió destetar, el 45% de su peso, y se expresa en % de eficiencia (si una vaca que tiene un peso adulto de 450 Kg, desteta un becerro con 205 días de nacido con 178 Kg, su ID= 87,9%)
Índice Maternal Productivo: es un indicador compuesto, que relaciona el ERI y el ID, y corresponde a una suma ponderada del 80% del Eri + el 20% del ID y es un reflejo de la eficiencia productiva de la vaca y su desempeño en su vida útil.
Estos indicadores son en definitiva los que definen la Vaca Funcional y están estrechamente condicionados a un conjunto de variables de manejo y de adaptación:
Variables asociadas al Ambiente y Manejo (controlables con inversión):
Alimentación: balanceada y adecuada a los requerimientos de la Vaca en los distintos periodos que atraviesa (crecimiento, pubertad, preñes, preparto, puerperio, lactancia, etc.)
Cambios Ambientales: correspondiente a aquellos que pueden tener incidencia en la producción de los animales a pastoreo como son los cambios de temperatura, humedad relativa, (invierno, verano, periodo de lluvias, periodo seco etc.), que pueden ser mitigados con costosas inversiones y manejo dirigido
Manejo Sanitario: referido a las enfermedades del Complejo Respiratorio Reproductivo (CRR) y las bacterianas asociadas a la presencia de Aborto (Brúcela, Listeria, Leptospira, etc.), que en zonas tropicales con la multiplicidad de vectores, huéspedes intermediarios y reservorios complican su control.
Prácticas de Manejo del Rebaño: en especial el manejo del puerperio, fase inmediata después del parto, proceso fisiológico de modificaciones que ocurren en el útero durante el cual este órgano se recupera de la gestación y se prepara para la siguiente.
Asociadas a la Adaptación (dependen de la raza utilizada y del fenotipo)
1. Capacidad de aprender y consumir alimentos: Variable que está estrechamente relacionada con la conformación del animal, en el trópico deben consumir pastos de media y mala calidad nutricional, por lo tanto, deberán estar diseñados para aprender, consumir y procesar volúmenes muy altos de forraje con el propósito de cubrir sus requerimientos nutricionales; gran desarrollo del sistema digestivo, en especial una boca, sin defectos de aprensión y buen desarrollo ruminal con gran capacidad digestiva y respiratoria.
2. Capacidad de locomoción y desplazamiento: Animales que dispongan de buenos aplomos (calidad de sus patas traseras y delanteras) que le permitan sostener caminatas durante las 08 horas de alimentación a pastoreo.
3. Capacidad de disipación de calor: Animales que dispongan de la genética apropiada para hacer eficiente la eliminación del calor corporal producto del metabolismo, del consumo de forraje y del gasto energético para su desplazamiento a pesar de disponer de altas temperaturas ambientales. Estas herramientas son:
a. Pelo corto de tipo Slick: muy corto, poco tupido, con glandulas sudoríparas profundas (que las hace funcionales) y glándulas sebáceas activas (pelo brillante).
b. Piel abundante: con muchas arrugas en zona del cuello cara y parte de la espalda que actúa como una superficie para disipación de calor.
c. Color del Pelaje: capa de colores claros que van desde el rojo al blanco, característicos de los animales de zonas cálidas.
d. Capacidad respiratoria amplia: con ollares amplios, tórax ancho y profundo, que alberga unos pulmones de gran capacidad (movilización grandes masas de aire).
4. Estatura Media y Baja: Es ampliamente publicado y difundido que la estatura media está asociada a la eficiencia reproductiva, por cuanto, los requerimientos nutricionales de las vacas altas son exponencialmente mayor a las vacas medianas y bajas. Hoy se ha demostrado que la vaca más chica vive más tiempo, son más eficientes a pastoreo, tienen menos problemas de salud y en consecuencia son más rentables.
5. Fortaleza y Muscularidad: La vaca adaptada al trópico y a consumo de forrajes debe ser una vaca que disponga de buenas masas musculares a nivel de su espalda y miembro posterior, ya que requiere acumular reservas en forma de grasa y músculo para enfrentar los primeros meses de lactancia. Periodo que se instaura un Balance Energético Negativo (BEN) como consecuencia que los forrajes no satisfacen las necesidades nutricionales de los primeros 3 meses de lactancia que son vitales para asegurar pocos días abiertos.
Por los elementos anteriores, hoy se dice:
“Deberíamos cambiar de "Más Alta y Más Estilizada" por "Más Chica y Más Redonda", para que las vacas volviesen a ser más funcionales y tener una vida productiva más larga". Leslie B. Hansen. 2005. Universidad de Minnesota, EE.UU
En definitiva, atender cada una de estas variables individuales, así como, analizar los indicadores; permite mejorar progresivamente la reproducción, que son los indicadores, que tienen mayor incidencia en la eficiencia de la vaca estando muy ligado a su adaptación al medio donde interactúa. Esto solo se logra por procesos de selección rigurosos y a lo largo de varias generaciones (considerando que el intervalo generacional en el Bovino es de 03 años) y con el uso de las herramientas disponibles: Selección por fenotipo, Fenotipo + Pedigrí, diferencias predichas (DP y DEPS), marcadores moleculares (SNP) entre otros, siempre enfocados en la búsqueda de los animales que genéticamente dispongan de las mayores habilidades productivas y sean económicamente sustentables.
Todos estos métodos de selección están disponibles y cada uno tiene una importancia relativa para la definición del animal funcional, cada sistema de selección es complementario al anterior pero muchos se olvidan de este detalle y han usado los métodos como sistemas exclusivos y esos animales “denominado superiores “seleccionados por el sistema DP Y DEPS dejaron de ser funcionales y longevos.
La Raza Holsteins Americana es un ejemplo clásico de dichos errores ya que año 2012 El Programa de Información de Hatos Lecheros (DHI) del Departamento de Agricultura de USA informa que la raza Holsteins incrementó su promedio de producción de leche 51,3 kilogramos por año. Simultáneamente se ha observado un deterioro en la reproducción. Claudio E. Glauber. Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.
El Comité de Ferias de la American Brahman Breeders Association – ABBA, aprobó en junio pasado, los Pesos y Parámetros de Medidas para la Feria Brahman Internacional 2013 que se realizará durante la Feria Ganadera de Houston 2013 (24 de febrero a 6 de marzo 2013). Los parámetros dejan fuera de competencia a todos aquellos animales de la raza que son muy grandes o muy pequeños de acuerdo a los estándares actuales de la ganadería.
Así mismo, la Raza Carora en Venezuela en la década de los 80 atravesaron una situación similar al incrementar notoriamente la producción, pero con graves dificultades en el fenotipo de los animales, por problemas de ubres mal conformadas y aplomos de baja calidad que los obligó a prestar mayor atención a la selección por Fenotipo.
Hoy día los programas de selección de ganado deben utilizar estos métodos de manera complementaria dándole el justo valor a sus resultados ya que a veces es preferible una producción más baja, pero con altos niveles de rentabilidad que solo se logra utilizando la VACA FUNCIONAL QUE ES, LA VACA CAPAZ DE MANTENER LA RENTABILIDAD DEL NEGOCIO CON LA MAYOR PRODUCTIVIDAD POSIBLE Y CON LA MEJOR ECONOMICIDAD
Autor/es: José Bueno Pérez. Médico Veterinario. Venezuela