Los minerales representan un grupo de nutrientes indispensables para la vida y el correcto funcionamiento del organismo. Es necesaria la inclusión diaria y balanceada de macrominerales (Ca, P, Mg, K, Cl, Na) y microminerales (Zn, Cu, Mn, Se, I, Fe, Cr) en las dietas, lo cual representa uno de los desafíos actuales para mejorar la nutrición de precisión de costos y el desempeño animal; buscando así la maximización de la expresión genética de nuestras aves, cerdos y vacunos, minimizando el impacto del medio ambiente.

 

 

Los aportes minerales para los animales en producción deben suministrarse ajustándose a las reglamentaciones de cada país, líneas genéticas presentes, medio ambiente, estadios fisiológicos de los animales; y deben además balancearse y suplementarse en las proporciones correctas con las escasas fuentes minerales presentes en los cereales y subproductos comúnmente utilizados. Cabe destacar, que ingredientes como el maíz y la harina de soja proveen solo algunos minerales traza.

 

Lamentablemente la información oficial sobre requerimientos de macro y microminerales data de varios años de publicación, estando desactualizados para los avances que se dieron en genética y fueron modificando las exigencias nutricionales actuales de los animales, imposibilitando de esta forma que se tomen como referencia en la formulación de raciones.

 

Se sabe que los microminerales de origen inorgánico (ITM) en forma de sales son abundantes en la naturaleza y por consiguiente, más económicos. Sin embargo, se absorben de forma deficiente en el tracto gastrointestinal como resultado de interacciones y antagonismos con otros componentes de la dieta (otros minerales, fitatos, carbohidratos), como así también sufren cambios por los cambios del pH intestinal, disminuyendo su biodisponibilidad y necesitándose mayores tasas de inclusión, con lo que aumenta también la excreción y contaminación del medio ambiente (tablas 3 y 4). Dentro de este grupo de minerales se encuentran los sulfatos, cloruros, carbonatos, óxidos, selenitos, selenatos, yoduros, yodatos. Asimismo, las formas de obtención industrial y la trazabilidad de este tipo de microminerales es a veces incierta, no pudiéndose garantizar siempre la ausencia de contaminantes (metales pesados, dioxinas, PCBs).

 

Por estos motivos, los niveles de inclusión de los ITM en los alimentos suelen ser dos e incluso tres veces superior a las recomendaciones nutricionales debido a la incertidumbre de cumplir los requerimientos reales del animal y a la biodisponibilidad de la fuente utilizada, lo que impacta económicamente y en la salud de los animales.

 

Reflexionando sobre las fuentes minerales tradicionales inorgánicas, las preguntas que deberíamos plantearnos son: ¿utilizamos excesivos aportes?, ¿son de baja o alta disponibilidad?, ¿sufren interacciones y antagonismos?, ¿producen impacto ambiental?, ¿producen daño intestinal?

 

Por otra parte, los minerales unidos a un ligando orgánico, microminerales orgánicos (OTM) son componentes naturales de plantas y animales (Spears, 1996). Son microminerales químicamente ligados a un agente quelante o ligante, generalmente aminoácidos, pequeños péptidos, sacarídeos o ácidos orgánicos (HMTBa), que les confiere una protección contra posibles interacciones con otras sustancias durante el proceso de digestión, estabilidad a los diferentes pH. Son moléculas estables en el medio intestinal y por lo tanto, el mineral es liberado en el lugar de absorción aumentando así su biodisponibilidad para los tejidos (Leeson e Summers, 2001).

 

Sin embargo, los productos disponibles actualmente en el mercado poseen diferentes características químicas de acuerdo con la estructura de la molécula, comportándose de forma diferente en el sistema gastrointestinal y generando diferentes respuestas en el animal. Los minerales orgánicos pueden diferir en cuanto al tipo de ligante utilizado, fuerza de ligación, número de ligaciones entre el metal y el ligante, como también el peso de la molécula. Un micromineral orgánico (OTM) de alta calidad, con ligaciones estables puede llegar al intestino sin sufrir disociaciones ni antagonismos con otros metales y componentes de la dieta.

 

Dentro de los microminerales orgánicos (OTM), el zinc, cobre y manganeso desempeñan funciones específicas en la síntesis de estructuras básicas y esenciales para el desarrollo de tejidos, en particular la piel, plumas, cartílagos y tendones al participar del desarrollo del colágeno, keratina y elastina en el tejido osteoarticular y la estructura de la cáscara del huevo. Además, cientos de enzimas dependen de Zn, Cu y Mn, siendo por ejemplo cofactores de las enzimas SOD y Glutation Peroxidasa reduciendo el impacto del estrés oxidativo, además de participar en funciones inmunes e integridad intestinal.

 

Las recomendaciones de uso de este tipo de minerales permite reducir y reemplazar los altos aportes de las fuentes tradicionales inorgánicas, asegurando una nutrición más eficiente, segura, económica y amigable con el medio ambiente, como así también apta para las últimas exigencias de estándares de producción.

 

 En Conclusion:

Las interacciones que sufren los microminerales inorgánicos (ITM) en el tracto gastrointestinal reducen notablemente su biodispobilidad y obliga a utilizar grandes cantidades de minerales en las dietas que luego son excretados por los animales contaminando el medio ambiente y resultando mas costosos. En nutrición animal, la fuente de microminerales –tales como zinc, cobre y manganeso- ha sido tradicionalmente de origen inorgánico

 

El uso de microminerales orgánicos (OTM) representa una alternativa económica y ambientalmente viable para la nutrición mineral animal. Son productos tecnológicamente superiores a los ITM, asegurando una mayor biodisponibilidad a menores dosis. Existen diferentes tipos de minerales orgánicos en el mercado, siendo el grupo de quelatos metal – hidroxianálogo de metionina los mas beneficiosos por tener una estructura totalmente definida, valor nutricional del ligando (metionina), ligaciones estables, menor interacción y antagonismos, resistentes al pH.

 

Actualmente existen estrategias de uso de los productos minerales quelatos metal – hidroxianálogo de metionina que consiste en reducir y reemplazar el usos de las fuentes tradicionales inorgánicas sin comprometer resultados zootécnicos, por lo contrario, superando en muchos casos a los controles y siendo mas económicos.

 

El uso correcto de minerales orgánicos en las dietas animales provee muchos beneficios, entre ellos, mejora de la respuesta inmune; mayor integridad y resistencia ósea (disminución de discondroplasia, sinovitis, callosidades); mayor integridad y resistencia de la piel (reducción de dermatitis, celulitis); mayor resistencia intestinal (menor ruptura intestinal). Esta mejora en la salud en general y resistencia estructural, trae consigo mejor desempeño zootécnico.

 

Bibliografía

 

1.AAFCO Association of American Feed Control Officials

 

2.Cobb. Boriler Nutrition Guide. 2006

 

3.Hy Line. Guia de Manejo Comercial. 2011

 

4.Isa Brown. Guía de manejo de la nutrición de ponedoras comerciales

 

5.Leeson Master Class in broiler nutrition. 2013

 

6.Lohmann. Management Guide. 2012

 

7.NRC National Research Council. Tablas 1994

 

8.Ross. Broiler Nutrition Guide. 2002

 

9.Sim, J. S. ; Awyong, L. M. ; Bragg, D. B. Mineral availability of corn, barley, wheat and triticale for the chick. 1983

 

10.Tablas brasileñas para aves y cerdos. 3ra. Edición. 2011

 

 

Fuente: Thiago Badillo. Médico Veterinario, Technical Manager Austral. Novus Int.