Tiene especial importancia la correcta nutrición mineral en el período de recría de las hembras de reposición.

El crecimiento y desarrollo son procesos muy eficientes en cuanto al uso de los recursos forrajeros. Necesitan una relación Energía/Proteína estrecha; dicho de otra manera, las pasturas son suficientes para proveer la Proteína y muchas veces también la Energía requerida.

 

Sin embargo, en la mayoría de las situaciones, los vacunos en crecimiento, no encuentran algunos de los minerales esenciales para formar un esqueleto con las proporciones debidas y la fortaleza ideal para su futuro productivo. Por otra parte, muchas veces también sufren carencias de elementos que se necesitan en pequeñas cantidades para funciones muy específicas en la intimidad de los tejidos del organismo actuando como «catalizadores» en reacciones bioquímicas o formando parte de enzimas necesarias para la vida de los animales. El aporte de sales minerales que provean todos los elementos requeridos en las cantidades y proporciones adecuadas es la forma más eficaz y económica de completar la nutrición de las recrías una vez que han satisfecho sus requerimientos de Energía y Proteína.

Las vaquillonas y las vacas adultas pueden obtener algunos minerales de sus propias reservas. El caso más típico es el Calcio.

Este puede ser movilizado del esqueleto por acción de una hormona producida por las paratiroides.

 

Este proceso es muy efectivo y capaz de retirar hasta un 20% del Calcio del esqueleto. Esto ocurre casi siempre después del parto cuando se instala la producción de leche. Cuando se retira Calcio de los huesos, también se retira Fósforo y si éste no se necesita en ese momento, es eliminado por el riñón. Lo mismo pasa con el Zinc. Este elemento es uno de los que aparece como deficiente en la mayoría de nuestros campos y tiene una gran importancia por su intervención en múltiples enzimas y reacciones químicas en el metabolismo.